lunes, 4 de abril de 2011

Biografias: UMBERTO ECO


Umberto Eco nació en la ciudad de Alessandria, en el norte de Italia el  5 de enero de 1932. Con veinte años, se traslada a Turín para estudiar en la Universidad, obteniendo el Doctorado en Filosofía y Letras en el año 1954 bajo la dirección del profesor Luigi Pareyson. 
En los primeros años de la postguerra en Europa no hubo mucho tiempo para el debate artístico y filosófico, pero, entre el final de los años cincuenta y el inicio de los sesenta, el debate cultural vuelve a renacer de manera impetuosa. Italia, en particular, acababa con más de 20 años de aislamiento cultural ; se iban construyendo una nueva economía y una nueva sociedad, con nuevas formas de arte, de ideas y de comunicación. En este entorno es que Eco finalizaba sus estudios con una tesis sobre Tomás de Aquino, donde debió reconstruir su teoría en base a estudios medievales referidos a la estética, ofreciendo un nuevo punto de vista sobre las ideas de belleza brindadas por  Santo Tomás. Esta tesis, años más tarde se convirtió en libro dos años después, dando inicio a la larga trayectoria del semiólogo.
La formación de Eco fue la típica de muchos intelectuales italianos de entonces: comenzando por una base católica y luego el encuentro con las filosofías “laicas” como el Marxismo, la Fenomenología o el Estructuralismo. La manera con la que se enfrenta a las antiguas y  nuevas teorías es, de todas formas, crítica mostrándose, no como un filósofo sistemático, sino como un  estudioso; principalmente en el campo de la Estética: se aceptan, por completo o en parte, sólo después de un análisis profundo y completo, para luego utilizarlas a la hora de resolver un problema difícil.

En 1954, justo después de su tesis, Eco empieza a trabajar en la RAI, la televisión pública italiana, que acababa de empezar a emitir ese mismo año. Iba a empezar la época de las comunicaciones de masa, y Eco enseguida se dio cuenta de que las teorías estéticas tradicionales eran incapaces de afrontar las nuevas formas de expresión, incluso porque durante siglos no se habían creado nuevas formas de expresión. De ahí que, el problema era explicar, antes que el arte, la comunicación: cómo funcionaban los procesos comunicativos.
Luego, entra a formar parte del Grupo 63(formado principalmente por  poetas, narradores, críticos literarios y filósofos italianos críticos de la literatura y teorías clásicas de los años 50) y realiza un sinfín de estudios en muchas direcciones: la poética de vanguardia, la historia de la estética, la comunicación de masas, etc.
Profesor ordinario de Semiótica y presidente de la Escuela Superior de Ciencias Humanísticas de la Universidad de Bolonia, debuta con la novela "El nombre de la rosa" (1980)

Trabajó como profesor en las universidades de Turín y Florencia antes de ejercer durante dos años en la de Milán. En 1965, Eco inicia su colaboración con la revista L’Espresso y, en 1966, llega a ser profesor de Comunicación visual en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Florencia. Fue en esos años cuando publicó sus importantes estudios de semiótica Obra abierta (1962) y La estructura ausente (1968). Desde 1971 ocupa la cátedra de Semiótica en la Universidad de Bolonia. Desde 1969 hasta 1974, Eco da clase como ‘visiting profesor’ en muchas Universidades de Norteamérica y de Sudamérica, y empieza su etapa de semiólogo viajero. En 1974, en Milán, organiza el primer Congreso de la International Asociation for Semiotic Studies, asociación que había surgido en París en 1969. En estos años continúa la investigación en el ámbito de la Semiótica y para  1975 Eco consigue la condición de catedrático, ocupando la primera cátedra de Semiótica en Italia.
Distinguido crítico literario, semiólogo y comunicólogo, Umberto Eco empezó a publicar sus obras narrativas en edad madura (aunque en conferencias recientes cuenta de sus experimentos juveniles, los que incluyen la edición artesanal de un cómic en la adolescencia). En 1980 se consagró como narrador con El nombre de la rosa, novela histórica culturalista susceptible de múltiples lecturas (como novela filosófica, novela histórica o novela policíaca, y también desde el punto de vista semiológico)
Es miembro del Foro de Sabios de la Mesa del Consejo Ejecutivo de la Unesco y Doctor Honoris Causa por treinta y ocho universidades de todo el mundo, entre ellas, la Universidad Complutense de Madrid (1990), la Universidad de Tel Aviv (1994), la Universidad de Atenas (1995), la Universidad de Varsovia (1996), la Universidad de Castilla-La Mancha (1997), la Universidad Libre de Berlín (1998) y la Universidad de Sevilla (2010).
Otras distinciones: Medalla de Oro al mérito de la cultura y el arte (Roma, 1997); Caballero Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Italiana (Roma, 1996); Ordine Pour le Mérite für Wissenschaften und Künste. Premio Strega. Premio Médicis. Premio Bancarella. Premio del Estado Austriaco para la Literatura Europea. Miembro honorario de la Asociación James Joyce, de la Academia de Ciencias de Bolonia, de la Academia Europea de Yuste, de la Academia Americana de las Artes y las Letras, del Umiejętności Polska Akademia (Academia Polaca de las Artes). Miembro del Colegio de Santa Ana de Oxford. Miembro de la Accademia dei Lince. Ha sido nominado en diversas ocasiones para el Premio Nobel.

En febrero de 2001 creó en Bolonia la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, iniciativa académica solo para licenciados de alto nivel destinada a difundir la cultura universal.

Entorno durante la producción del texto:

Después del Tratado de semiótica general(1975), Eco se da cuenta de que tiene la posibilidad teórica y académica de volver a la Estética. Sin embargo, hay una diferencia por lo que se refiere a la Estética del primer período: mientras que en los años sesenta Eco intentaba alcanzar una teoría unitaria empezando por la consideración de las formas de arte, ahora se enfrenta con todas las formas de expresión, ganando mucho más interés por los textos literarios que por la comunicación visual o musical.
Esta etapa “de la enseñanza”, implicó en el trabajo de Eco a muchos estudiantes y colegas con los que se encontraba en diferentes lugares del mundo. Junto a la investigación teórica y al trabajo académico, Eco sigue con su actividad periodística. Los años setenta fueron los “años de plomo”, los años del terrorismo y las agitaciones. El debate entre los intelectuales se hace intenso e incluso peligroso: Eco rechaza ser partidario de las posiciones extremase incluso está dispuesto a rechazar la ideología contradictoria de muchos líderes revolucionarios, pero es el primero que subraya la originalidad y la creatividad en el movimiento de los estudiantes en el uso de los mass media. 

BIBLIOGRAFÍA:

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