domingo, 2 de septiembre de 2012

tipos de pantallas

Visión de Google.
resumen de su estudio.

https://lh5.googleusercontent.com/-Cohl4m06ll4/UD_2oafeVnI/AAAAAAAAAJs/jnA1E1OhKEU/s640/screen-shot-2012-08-29-at-17-48-05.png

http://es.scribd.com/doc/104313542/Multiscreenworld-Final

jueves, 21 de junio de 2012

NOTAS PARCIALES y clase 27-6

Estimados alumnos, las notas de los parciales serán entregados el 27 de junio.
Dia en que se confirma habrá clases normalmente.
Saludos cordiales
FC

sábado, 24 de marzo de 2012

Biografia de Torrico Villanueva

Erik Torrico Villanueva es un investigador Boliviano, Licenciado en Ciencias de la Comunicaciones, con mención en Análisis Político y posgraduado en Comunicación para el Desarrollo Regional. Estudio Filosofía y Ciencia Política.

 Fue redactor y columnista de periódicos conocidos como  “Hoy” y “La Razón”, trabajó en una agencia española de noticias, la EFE. Fue profesor de la UCB. Fundo y dirigió muchos Centros de Investigación, por ejemplo, el Centro de Estudios de la Información y la Comunicación, el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz, el Centro de Investigación y Documentación en Comunicación de la UCB y el Centro Interdisciplinario Boliviano de Estudios de la Comunicación. Además coordinó los diplomados superiores en Periodismo Avanzado. También fue profesor invitado de la Universidad Santa Cruz de la Sierra y la Universidad  Republica (Uruguay), y conferencista invitado de las universidades del Uruguay, de Santiago de Chile, Argentina, Brasil, y Bolivia.

 Actualmente, es Director del Observatorios Nacional de Medios; del posgrado en Comunicación y Periodismo de la Universidad Andina Simon Bolívar y del Ministerio de Relaciones Exteriores en el área de información diplomática. También es Presidente de la Asociación latinoamericana de investigadores de la comunicación y vicepresidente de la Asociación de Periodistas de La Paz.
 Es autor de varios libros, entre ellos “Abordajes periodos de la teoría de la comunicación” (2004) y escribió muchos artículos sobre comunicación, periodismo y política publicados en muchos periódicos de Argentina, Bolivia y Brasil, Ecuador, Venezuela, México y Perú.

 Según el autor, la comunicación es un hecho social que se desarrolla con la especie humana.

Biografia de José Marques de Melo

José Marques de Melo (1943-)

Nacido en Palmeira dos Índios, Alagoas (Brasil), estudió en la Universidad de Pernambuco. En 1959 comenzó a trabajar como periodista en los diarios locales de Alagoas y, más tarde, en periódicos de São Paulo y otras ciudades. Inició su carrera académica en 1966, en el Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad Católica de Pernambuco, donde trabajó junto a Luiz Beltrão. En 1967 fundó el Centro de Pesquisas da Comunicaçao Social de la Facultad de Periodismo Cásper Líbero, en São Paulo. Fundador y docente de la Escola de Comunicaçoes e Artes de la Universidad de São Paulo (ECA-USP), donde se doctoró (1973), realizó estudios de postgrado y estancias académicas en universidades norteamericanas, latinoamericanas y españolas. Primer catedrático de periodismo en Brasil, su actividad fue interrumpida durante la dictadura militar de los años setenta. Director de la ECA-USP (1989-1993), cofundador del Laboratorio de Estudios Avanzados en Periodismo de la Universidad Estatal de Campinas (1994), director de la Facultad de Ciencias de la Comunicação de la Universidad Metodista de São Paulo (1997-2000), donde fue titular de la Cátedra UNESCO de Comunicação para el Desarrollo Regional (1996-2006).
Fundador y presidente (hasta 2008) de la Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da Comunicação (Intercom), fue director de la Revista Brasileira de Ciências da Comunicação y presidente de Ibercom (Asociación Iberoamericana de Comunicação). Forma parte de los consejos directivos de diversas asociaciones académicas nacionales e internacionales. Actualmente es profesor emérito de la Escola de Comunicações e Artes da Universidade de São Paulo (ECA-USP). Es doctor ‘honoris causa’ por las universidades Católica de Santos (1997), Federal de Alagoas (2003), Federal da Paraíba (2005) y Estadual do Rio Grande do Norte (2008).
Él no cree que los medios de comunicación tengan la capacidad de solucionar los problemas sociales, “pero sí pueden ser útiles para movilizar”. Es un convencido de que “si no hay educación sistemática, de buena calidad, la gente no va a demandar nada más de lo que los medios le ofrecen”. Los cambios, dice el experimentado comunicador, “depende de todos, del gobierno, de sus instituciones, de las iglesias, de la sociedad civil organizada”, porque todos nosotros tenemos una deuda con la sociedad.
Más de 50 años, de sus 66 de vida, los dedicó a promover incansablemente la justicia en su Brasil, una labor destacada que le mereció el reconocimiento internacional al Premio Comunicador de la Paz 2009, condecoración otorgada por la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación, OCLACC. Y es que Marques de Melo vivió los momentos duros de la dictadura militar, principalmente cuando fue impedido de ejercer la docencia en universidades públicas brasileñas durante el periodo 1974-1979.

Entre sus obras: Estudos de Jornalismo Comparado (1972), Sociología da imprensa brasileira (1973), Comunicação e modernidades (1991), Fontes para o estudo da Comunicação (1995), Teoría da Comunicação. Paradigmas latino-americanos (1998), A esfinge midiática (2004), Brazilian Research in Communication (2005), Teoria do Jornalismo (2006), Mídia e Cultura Popular (2008) e História Política das Ciências da Comunicação (2008).

Biografia de Orozco Gomez

PERFIL GENERAL
Nacido en Guadalajara en 1954, México. Se graduó en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO) y amplió estudios pedagógicos en la Universidad de Colonia. Doctor en Educación por la Universidad de Harvard. Catedrático de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Guadalajara.
Ha sido coordinador del grupo de trabajo sobre estudios de la recepción de ALAIC y catedrático UNESCO en Bogotá y Barcelona.
Autor de numerosos trabajos sobre comunicación y medios, ha centrado su línea de pensamiento e investigación en los estudios de la recepción y la alfabetización audiovisual. Ha publicado, entre otros libros: Televisión y audiencias, un enfoque cualitativo (1996), La investigación en comunicación dentro y fuera de América Latina (1997), Televisión, audiencias y educación (2001), Recepción y mediaciones, coord., (2002).
Guillermo Orozco Gómez es profesor investigador del Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara (México). Licenciado en Ciencias de la Comunicación (ITESO, México, 1974) y doctor en Educación (Harvard University, 1988), Orozco sitúa su trabajo en la línea del "análisis crítico de las audiencias" y se define a sí mismo como un "investigador empírico". Gran parte de su trabajo se ha desarrollado en el marco de tres proyectos. El primero, un estudio coordinado por Klaus Bruhn Jensen donde se comparaba la recepción de noticias en siete países. En el segundo proyecto, Orozco aplicó el mismo método de trabajo a un estudio sobre recepción de noticias nacionales y locales en México. El tercer proyecto ha sido un estudio cuantitativo sobre audiencias patrocinado por el periódico mexicano Reforma, en el que Orozco ha participado diseñando el cuestionario para las audiencias de televisión y haciendo el análisis del consumo televisivo. En los últimos años se ha dedicado especialmente al desarrollo de una pedagogía del "ver televisión". O sea, según sus palabras, "una pedagogía de la televidencia" orientada a "preparar a las audiencias para interactuar de manera más provechosa con la televisión". Aprender a usar los medios, según Orozco, resulta esencial en un momento en que nuestra vinculación con el mundo está "mediatizada", y en que las demandas sociales "se quedan en zappings bajo techo".

TEXTOS
Audiencias, televisión y educación: Una deconstrucción pedagógica de la «televidencia» y sus mediaciones.
Las prácticas en el contexto comunicativo.
Productos mediáticos y aprendizaje.
Vivir en la pantalla. Desordenamientos en una sociedad--audiencia que aprende.
Los estudios de recepción en México: Un itinerario (con María Rebeca Padilla de la Torre).
Mediaciones cognoscitivas y videos educativos. Un reto para la producción del aprendizaje
Amigas y enemigas. Madres mexicanas frente a la televisión
Mediaciones tecnológicas y des-ordenamientos comunicacionales
“Comunicadores hacia el año 2000. Desafíos pedagógicos de su formación", Diálogos de la Comunicación, núm.39, junio 1994 .
“La computadora en la educación: dos racionalidades en pugna", Diálogos de la Comunicación, núm.37, septiembre 1993 .
“Televisión pública y participación social: al rescate cultural de la pantalla", Diálogos de la Comunicación, núm.33, junio 1992 .
“La audiencia frente a la pantalla. Una exploración del proceso de recepción televisiva",Diálogos de la Comunicación, núm.30, junio 1991 .
“Percepciones y usos de la información política de la televisión", Razón y Palabra, núm.8, agosto- octubre 1997.
“Las prácticas en el contexto comunicativo", Chasqui, núm.62, junio 1998.
“La investigación de la recepción televisiva en América Latina", Anuario Ininco, núm.11, 2000 .
“Reception analysis seen from the multiple mediation model: some issues for the debate",Intexto, núm.5, 1999.
“Televisa y TV Azteca: ¿de la guerra a una alianza?", RMC, núm.59, julio- septiembre 1999.
“Los estudios de recepción: de un modo de investigar, a una moda, y de ahí a mucho modos", Intexto, núm.9, 2004.

viernes, 16 de marzo de 2012

Corea del Norte - utopia y distopia 2

Corea del Norte, algo más que el laberinto de una dictadura
24/12/11 - 09:01
Corea del Norte fascina y atrae. Como suele hacerlo la oscuridad y el terror o magnetiza el vértigo desde la altura. Es la génesis de ese fenómeno nacional antes extravagante y hoy también peligroso y oscurantista lo que posiblemente más convoca. ¿Qué es lo que lo hizo posible? Esa búsqueda marcha al margen de los detalles históricos del padre de la dinastía y fundador del país, Kim Il-Sung, "el gran líder", un comunista que vuelve a la patria para luchar por ella pero que fragua un reinado embotellado con formas casi teatrales. Lo que acabó sucediendo fue una concentración de poder única junto con el inevitable endiosamiento de los arquitectos de ese camino, luz que ahora envolverá a su hijo Kim Jong-Il "el querido líder" que acaba de fallecer y fue heredado, como en un principado, por su vástago Kim Jong-un, quien será custodiado por su tía, la generala Kim Kyong-hui, y su marido Chang Song-taek, regentes de palacio mientras el muchacho se adapta.
El régimen nacido bajo los fuegos de la Guerra Fría y casi sin fisuras en la estructura de mando exhibe así cada vez más la compulsión instintiva de protegerse cerrándose sobre si mismo al advertir ahora como antes que cualquier alternativa lo destruiría. Sucedió igual con otros experimentos nacionales de fragua parecida, pero jamás a tal nivel de fundamentalismo. Es posible, sin embargo, trazar algún paralelo entre ese fenómeno norcoreano con algunas dinastías árabes, tanto dictaduras políticas como aristocracias feudales. El caso más brutal que evoca quizá sea el de Muammar Kadafi, que también inventó una sociedad cerrada donde el líder libio sobrevolaba a su pueblo y lo explicaba de una única manera reprimiendo a la disidencia como si se tratara de un extravío. El tirano de Trípoli buscó, como el reino coreano, la conversión de su mando en una dinastía. A eso se aprestaba, justamente, cuando la historia hizo añicos el edificio autoritario de Libia por la furia y el hastío de su pueblo. Pero hasta allí llegan la comparaciones.
Corea del Norte no parece tener ni las mínimas filtraciones que se han visto en el universo árabe ni las contradicciones que se experimentaban en el mundo comunista antes de la caída del muro hace dos décadas. Lo que se creó en aquel país asiático es la extraordinaria unión del 1984 de George Orwell con el Mundo Feliz de Aldous HuxleyEs la saga del "querido líder" que todo lo ve y todo lo guía y tanto reprime como premia y disciplina en una sociedad que se describe a sí misma como un éxito de eficiencia constante donde la alegría sólo es posible si se habita ese espacio. Los himnos que deben cantar los estudiantes repiten loas a los éxitos de las cosechas y los avances militares del "gran comunismo" nacional, variante política de la que, en verdad, esa estructura ha estado menos cerca que de formas primitivas del fascismo.
Si se observa con atención, hay otras extravagancias del régimen que no le son necesariamente exclusivas además del encierro de sus poblaciones, las trabas para expresar las ideas, el bloqueo a la organización civil o el movimiento de sus ciudadanos como ha sucedido por ejemplo en el caso cubano o en muchos países de la constelación stalinista. La noción de un único partido es, adicionalmente, una deformación que se ha multiplicado por el mundo y sigue tentando en estas épocas que las manos parecen apretarse sobre el cuello de las democracias. El primer paso hacia esa clase de derrumbes institucionales es suponer que existe una sola voz que puede explicar la realidad y resolver las contradicciones.
La noción de una visión hegemónica tiene la cualidad de que en tanto se fortalece centrifuga más las alternativas. Sin ir más lejos, el líder bolivariano Hugo Chávez, aliado de la dictadura norcoreana, se planteó que su Movimiento al Socialismo concentre a todas las restantes fuerzas políticas convirtiendo en sujetos fallidos a quienes persistieran en oponerse. El unicato ha entretenido la imaginación no sólo de ese liderazgo en América Latina. Pasó antes con el PRI en México y sucede en los reflejos autoritarios de otros gobiernos como el actual argentino que asumen como fuera de la inteligencia la visión crítica de su gestión. No es exagerado sino positivo observar esas derivas autoritarias en el espejo de Corea del Norte porque el fenómeno del pequeño país asiático funciona como la caricatura deforme y violenta que la historia construye sobre esos extremos haciéndolos grotescamente nítidos.
La ausencia teórica de posibilidad histórica para un régimen como el de Pyongyang no ha implicado su disolución. Hay explicaciones. Una de las grandes herramientas de la sobrevivencia de la dinastía feudal stalinista norcoreana ha sido el uso a su favor de la división con la próspera Corea del Sur. La dictadura ha venido extorsionando a sus primos del sur así como a Occidente y a su maltratado aliado chino, con la amenaza de una unificación a la fuerza resultado del caos que implicaría un desastre económico y geopolítico. La presión sobre Seúl creció en esta etapa, además, como reacción a las duras posiciones del gobierno derechista del sur que llegó al poder debido, justamente, a la agudización de este conflicto que arrastra ya demasiados enfrentamientos y muertos. En 1999, 2002 y 2009 hubo choques binacionales que incluyeron el hundimiento de una torpedera comunista con el saldo de 30 marinos muertos. Un golpe similar, pero contra el otro bando, se produjo en marzo de 2010 cuando un torpedo destruyó una corbeta sudcoreana causando 46 bajas.
Esa tensión se da también en un marco contradictorio dentro de la propia Norcorea. Ese país ínfimo, con apenas unas pocas riquezas minerales, está hundido en la pobreza y su población de 11 millones de habitantes ha soportado hambrunas bíblicas, la última en la década de los 90. Pero, no obstante, cuenta con el quinto ejército en tamaño del planeta, con más de un millón y medio de efectivos alistados y otros cuatro millones en la reserva. Y ha desplegado once mil misileras que destruirían el sur coreano y harían blanco en Japón en cuestión de instantes. A ello le ha agregado el potencial atómico.
La perspectiva de una unificación descontrolada si se detiene el flujo de asistencia es un fantasma utilitario pero probable que agita Pyongyang como herramienta de poder. En su peor versión, masas de millones de hambrientos se lanzarían en un caso sobre las fronteras más complicadas a nivel social que tiene China en esa área. O en el otro, sobre los bordes de la pronorteamericana Seúl, que sufriría un descomunal costo para integrar su parte norte como le sucedió a Alemania en la unificación del este comunista. El poderío nuclear que Norcorea ha venido desarrollando con inestimable ayuda de otro socio de Washington, Pakistán, es, lejos de la fantasía de una guerra contra las potencias occidentales, también una llave para hacer más efectiva la maquinaria de extorsión. Lo que el régimen demanda y consigue a cambio de esta militancia suicida es asistencia alimentaria, monetaria y energética. Lo que se promete en retribución, esto es frenar el desarrollo atómico y evitar el trasiego de tecnología de destrucción masiva a destinos cada vez menos controlados, no necesariamente está ahí para ser cumplido. Pyongyang sencillamente no es un sujeto confiable.
Este escenario, en el nuevo diseño mundial que se está formando tras las mutaciones provocadas por la crisis económica global, comienza, sin embargo, a exhibir algunas limitaciones. China, que ha venido soportando los desplantes de su pequeño socio que jamás le alertó sobre sus pruebas nucleares, no observa ya a Corea del Norte como crucial en el arenero de las tensiones con Occidente. En el pasado, bloquear una unificación que colocara las fronteras de la influencia norteamericana en sus narices, explicaba el apoyo al régimen de Pyongyang. Los cables de WikiLeaks revelaron un cambio de esa perspectiva. Eso se debió a las nuevas responsabilidades globales chinas, que no puede permitir la existencia de un régimen descontrolado a su vera y con un poderío destructivo creciente. Pero también a que el actual Estados Unidos es un contendiente con más limitaciones y mayores necesidades de negociación. El mundo va camino de una unipolaridad que fue efímera en manos norteamericanas tras la caída del campo comunista en 1989, a una nueva bipolaridad entre las dos mayores economías globales. Eso implica derechos pero también responsabilidades.
¿Por qué entonces China no le suelta la mano a su imprevisible vecino? Es en parte debido a las transformaciones que está sufriendo la región asiática, una transición que apenas comienza. China tiene ahora mayores intereses sobre ese espacio extremadamente inestable, y ello ha causado una multiplicación de tensiones que un estallido coreano sólo agravaría. Uno de los duelos es la pelea con Vietnam por el control del archipiélago de las Paracel. Pero también Beijing disputa con Japón, Filipinas, nuevamente Vietnam, Malasia, Indonesia y Brunei la soberanía de las islas Spartly. Junto a estos diferendos, hay que anotar el litigio sin solución entre Corea del Sur y Japón por las islas Kodko, o entre Tokio y Moscú por las Kuriles. De lo que se trata es de energía. Para Beijing, convertir en "mare nostrum" el mar de la China que, según EE.UU. forma parte también de sus estrategias de seguridad nacional, se vincula con la enorme existencia de petróleo bajo su suelo. Son estos nudos sueltos los que por ahora permiten que la estrafalaria dinastía coreana del norte pueda seguir jugando en la cornisa. La gran pregunta es cómo se ajustarán en un mundo que definitivamente ya nunca será el mismo.

Corea del Norte - Utopias y distopias 1

Otro Kim, ¿otra oportunidad?

En la empobrecida Corea del Norte, un fastuoso funeral

NUEVA YORK.- Durante mi primer viaje a Corea del Norte, en 1989, me colaba al azar en distintas casas: quería saber cómo vivían realmente los norcoreanos, y la gente se mostraba sorprendida, aunque hospitalaria.
Lo más sorprendente que descubrí era que en cada hogar había un altoparlante colgado en la pared. Es como una radio que no tiene dial ni botón de apagado. A la mañana, despierta a la gente que vive en la casa con propaganda política ("¡En su primer juego de golf, el camarada Kim Jong-il hace cinco hoyos en uno!"). Y así sigue tronando todo el día...
El altoparlante deja en evidencia que Corea del Norte no es una dictadura cualquiera, sino tal vez el país más totalitario que alguna vez haya existido. Stalin y Mao eran asesinos, pero no eran hi-tech ; a eso la familia Kim le ha sumado un complejo sistema represivo.
Los discapacitados son considerados engendros, por eso quienes sufren alguna discapacidad son generalmente expulsados de Pyongyang.
La propaganda del gobierno es desvergonzada. Durante la hambruna, los medios norcoreanos advertían a los ciudadanos subalimentados que no comieran de más, recordándoles la moraleja de aquel hombre que comió hasta hartarse y después reventó.
Una vez me detuve en una zona rural para entrevistar a dos estudiantes secundarias. Eran amistosas, pero estaban perplejas. Lo mismo que yo cuando empezaron a hablar a la vez, repitiendo lineamientos políticos al perfecto unísono. Parecían robots.
Cuando comenzaron a llegar videos contrabandeados desde China, la policía cortaba la electricidad a edificios enteros. Luego los agentes golpeaban puerta por puerta y revisaban qué película había quedado atascada: un video de contrabando podía implicar que la familia entera fuese despachada a un campo de trabajos.
¿Qué hacer con ese país? Para los norteamericanos, un buen punto sería reconocer algunos errores. Estas son algunas de las lecciones a aprender:
·         No asumir que el final del régimen es inminente. Cubrí los temas de Corea del Norte de manera intermitente desde 1987, y los extranjeros siempre han susurrado rumores de levantamientos o han sugerido que el gobierno está a punto de colapsar. Es cierto, el régimen podría caer mañana, como también podría durar 20 años más? El "Gran Sucesor" Kim Jong-un podría durar más que Obama.
·         No asumir que todos los norcoreanos odian el régimen. ¿Y todos esos norcoreanos que lloran la muerte de Kim Jong-il? Su duelo es probablemente sincero. Lo que me impresiona al conversar con desertores es que casi todos deploran el régimen de Kim, pero luego agregan que sus familias, a las que dejaron atrás, siguen creyendo en él, porque es lo único que conocen. Muchos otros son nacionalistas apasionados, que prefieren a un déspota propio que cualquier asomo de colonialismo.
La fe y el miedo se combinan para mantener alineada a la gente. En un libro sobre Corea del Norte, Bradley Martin relata que uno de los asesores de Kim le contó a su mujer que su jefe era un mujeriego. La mujer creía en la decencia de base del sistema norcoreano y escribió una carta para quejarse. La carta llegó a manos de Kim Jong-il, que expuso a la mujer frente a una multitud y la denunció.
El propio esposo dio un paso al frente y rogó ser él quien la ejecutase. El pedido fue concedido, y el esposo mató a su mujer de un tiro.
·         No intentar aislar al país. La reacción de Occidente ante el programa nuclear de Corea del Norte ha sido sancionar y aislar al país. Pero el aislamiento ha sido contraproducente, ya que es una de las razones que mantienen a la familia Kim en el poder. Además, las penurias económicas no destruirán al régimen. A mediados de la década de 1990 se cree que murieron alrededor de 1 millón de personas por la hambruna, y el régimen salió ileso.
·         Nuestros errores en Corea del Norte son manifiestos. En 1994, estuvimos a un tris de entrar en guerra en la península coreana, que logró evitarse con un acuerdo que descansaba en falsas esperanzas. Luego, frente a la evidencia de los engaños de Corea del Norte, Bush intentó luego deshacer el acuerdo. El resultado fue aún más desastroso: Corea del Norte acumuló suficiente plutonio para producir tal vez ocho armas nucleares.
Los funcionarios norteamericanos culpan a China de apañar a Corea del Norte, pero al menos Pekín tiene una estrategia: alentar al régimen a copiar las medidas reformistas que transformaron a la propia China.
Soluciones buenas no hay. Pero saquemos provecho de la transición para intentar un acercamiento. Si podemos restablecer las relaciones diplomáticas y las relaciones interpersonales, no estaremos recompensando a un régimen monstruoso. Tal vez simplemente estemos cavando su tumba.
Traducción de Jaime Arrambide